lunes, 5 de enero de 2015

Sobre el dolor psicológico y demás olvidados.

Porque cariño, el dolor físico todxs lo entendemos, todxs entendemos que es pasar por un resfriado, una gripe, incluso podemos llegar a entender el dolor que produce, por ejemplo un cáncer.

Pero cuando comenzamos a hablar sobre el dolor psicológico, el "dolo que no se ve" que no se entiende, que no se comprende, ya pasamos a otro nivel. A otro nivel de incomprensión por la mayoría de la sociedad... Y no, cariño, no puedes juzgar a las personas que te dicen "que eso no es nada" a las personas que insisten "que puedes salir de esta si pones de tu parte" que repiten una y otra vez "que todo está en tu cabeza" Porque joder, claro que sabes que todo está en tu cabeza, que de esta puedes salir y demás necedades que te dice la gente cuando, simplemente, no comprende, que es el verdadero dolor. Y digo que es el verdadero dolor, porque en esos momentos que te sientes más solx, que necesitas que las personas medianamente te comprendan, no lo haces... Si tienes mala suerte, y tu circulo no sabe como reaccionar ante estos casos, conoces la verdadera soledad.
Pero cariño, como ya te he dicho, ellxs no tienen del todo la culpa. Desgraciadamente, si no has conocido de primera mano al que llamo dolor verdadero, no sabes como se siente y mucho menos como tratarlo... ¿Pero a que se debe esto? ¿Es que vivimos en una burbuja, en un cuento de hadas, donde lo único que tenemos que temer es al dolor físico?
Pienso que no, que simplemente se nos ha educado desde pequeños a "ser fuertes" a no mostrar nunca debilidades... Y sino me crees, piensa en la educación que recibimos en la escuela sobre el tema de enfermedades: cuando eres pequeño te enseñan sobre las heridas de la piel al caernos, te enseñan sobre los virus, bacterias y demás seres que nos atacan "y se quieren alimentar a nuestra costa"

Y cuando nos hacemos un poco más mayores, en el instituto, te dan las tan ansiadas clases sobre sexualidad, donde nos enseñan sobre las enfermedades de transmisión sexual... Luego, en clase, también te enseñan en profundidad otras enfermedades que, exactamente, tan solo producen dolor físico. ¿Pero, qué pasa con las enfermedades que afectan a la mente y que producen el dolor psicológico? ¿No existen?
Lo cierto es que no sé que se les pasó por la cabeza a las personas que elaboraron en su día el sistema educativo, pero creo que pensaron, que si no se les hablaba sobre las temidas enfermedades mentales a lxs alumnos, estos, nunca las padecerían.

Por lo que, ¿Qué es lo que ocurre cuando una persona que atraviesa la adolescencia comienza a notar una desgana por la vida en general, comienza a ver atractivo en el suicidio? ¿Qué ocurre cuando incluso, puede llegar a ver cosas  que no sabe si son reales o no?

Yo te diré que es lo que ocurre: que se vuelve loca, que no sabe como sentirse y mucho menos como actuar... ¿Como decirle a alguien que está pasando por una situación que jamás le explicaron que fuese posible? ¿Como expresar el dolor que siente, las sensaciones, el miedo, el dolor...?

Porque no nos engañemos, las palabras "psicólogo" y "psiquiatra" para la mayoría de personas, simplemente generan una sensación de entre risa y miedo... Digo risa, porque se asocia a la locura máxima, a persona de "manicomio" y miedo porque simplemente, desconocemos el poder de nuestra mente, el poder del miedo y soledad psicológica...



*Esta entrada, la escribí hará cosa de dos meses, justo cuando empezaba un nuevo tratamiento y me sentía más desolada e incomprendida que nunca*

5 comentarios:

  1. Me he sentido identificada... Muchas personas no logran comprender lo que es sentirse así. Ese dolor que no se va por más palabras de ánimo que te den. Por más que te distraigas. Algo que siempre está presente. Que te acompaña día con día y está presente en cada acción. Pero escribir es una buena forma de liberarse de este. Excelente entrada~ ❤

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  2. Muy buena entrada, pienso que deberían dar más ayuda en eso, tanto en la escuela como no tenerlo como un tema tabú.. luego una se raya buscando en Internet y se cree que padece tres mil cosas y va a psicólogos incompetentes que no te ayudan ni te dicen que te ocurre.

    O la frasecita de ''tienes cuentitis'' o ''solo quieres llamar la atención''.

    Definitivamente me siento identificada.

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  3. Iellwen, y es que leyendo todo muy en lo personal me parece fuera de contexto, y te mencionaré porqué. Estudié psicología, y si bien tienes toda la razón en los estereotipos y estigmas que éstas profesiones se cargan, considero que hay al menos un soslayo en cuanto a cosas como los cambios hormonales y que pasa en la adolescencia, por ejemplo. Que si bien entiendo que te refieres a enfermedades como depresión o esquizofrenia, no se abarcan de una profunda tiene su motivo.

    No voy a justificar a todo el sistema. Mucho menos al tuyo porque sé que somos de países distintos y que cuestiones como la educación tienen sus divergentes.
    Lo que también opino, y como persona, no como profesional, es que te digan "todo estará bien" o "échale ganas" cuando a veces uno no tiene idea si así será, o bien, como aquí decimos "suena a mentada de madre"

    Igual el "ser fuertes" tiene igual que ver con cuestiones hasta de género, pero no quiero meterme mucho al respecto, porque si bien considero que sí hay cosas que no nos enseñan de forma sana. desde pequeños, como por ejemplo, a decir adiós.

    Pero, también considero que es esencial en la formación humana que nos digan que hay cosas que está bien sentir, que son normales o que tienen solución. Me ha pasado. Espero no haber malinterpretado ninguna de tus líneas. Muchas gracias por compartir.

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  4. Por eso yo siempre digo que el peor dolor es el que no se ve, del que nadie se percata pero que te perfora por dentro imparable, implacable y te lleva hasta lo más profundo. Y llegas a ese punto en el que en la soledad más extrema ya nada ayuda, ya nada consuela, porque realmente nadie puede comprender la carga que llevas.

    Pero si estás aquí, si te levantas otro día más es porque eres fuerte, y toda la porquería al final nos hace más fuertes que a todos esos que no creen lo que no pueden ver, o te toman por loca. Sigue luchando porque a mi me ha enseñado el tiempo que vale la pena, aunque también me ha enseñado que lo tienes que descubrir por ti misma, y que la vida nunca será un camino de rosas, pero que hay que quedarse con lo bueno y machacar lo malo para que no vuelva.

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  5. Tienes más razón que un santo. Y es importante sólo por las personas que sufren estas situaciones, sino porque todo su entorno, si no lo ha experimentado, también va a reaccionar tachándolos de locos o de mentirosos.

    Hay cosas por las que pasamos en la vida y que por falta de educación en las enfermedades mentales no somos capaces de compartir con los demás. Es un peso que cargamos innecesariamente.

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